El pez tetra mexicano puede detectar la luz con su glándula pineal
Por Stephanie Lam – La Gran Época
Hasta hace un tiempo se creía que el pez ciego no podía sentir la presencia de luz, pero un estudio de científicos de la Universidad de Maryland, publicado por The Journal of Experimental Biology, encontró lo contrario.
El pez tetra mexicano de agua dulce tiene dos tipos de congéneres: una que vive cerca de la superficie y que tiene ojos, y otra que carece de ojos y vive en las cuevas. El tetra mexicano sin ojos desarrolla un primordio óptico, que es el precursor del ojo cuando es un embrión, pero éste se degenera y es cubierto por un crecimiento excesivo de la piel durante la etapa larval.
Mientras que los ojos del pez no cumplen su función, los investigadores encontraron que los peces pueden detectar la luz con su glándula pineal, una glándula endócrina en forma de piña ubicada cerca del centro del cerebro.
A pesar de estar enterrado profundamente en la carne que corresponde a los ojos y por lo tanto con menos probabilidad de recibir luz, este órgano sensorial, presente en algunos vertebrados, se conoce también como “tercer ojo”.
Para los experimentos fueron usados peces cueva de dos poblaciones: Pachón y Tinaja, y además peces de superficie. Durante los experimentos, tantos los peces de superficie y las larvas de pez cueva fueron expuestas a la luz con una cámara plástica durante tres minutos. Luego los investigadores sombrearon las cámaras y contaron el número de los peces que nadaban hacia la superficie.
Esta reacción a la oscuridad es un comportamiento que puede ayudar a larvas jóvenes a evitar a los depredadores, ocultándose bajo objetos que flotan en la superficie.
De manera interesante, a un día y medio después de la fecundación, del 60 al 70 por ciento de ambos tipos de pez cueva mostraron reacciones a la oscuridad, mientras, sólo aproximadamente el 50 por ciento de los peces de superficie lo hizo así.
El experimento fue repetido una vez al día durante siete días. El pez cueva Tinaja siguió mostrando más reacciones a la oscuridad que los peces de superficie en todos los ensayos, excepto en dos procesos.
Este resultado muestra que la capacidad de sentir luz estaba presente tanto en el pez de superficie como en el pez cueva.
Para determinar la reacción de las larvas basándose en la sensación a la oscuridad, los investigadores quitaron la glándula pineal del pez y uno o ambos ojos bilaterales y repitieron el experimento. Tanto los peces de superficie y cavefish, que se les había quitado los ojos bilaterales, tuvieron un comportamiento similar a lo anterior, pero entre los peces con sus glándulas pineal eliminada, sólo alrededor del 10 por ciento reaccionó a la oscuridad.
Los investigadores concluyeron que la glándula pineal es fundamental para el comportamiento de esta reacción a la oscuridad, y que no es sólo la glándula pineal capaz de detectar la luz, sino que también hay una conexión neuronal entre la glándula pineal y el sistema motor.
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