La ONU hace sonar la alarma después de que se hayan comprado 30 millones de hectáreas. Los líderes del G8 debatirán sobre el neocolonialismo.
La compra de tierras de cultivo en países pobres por los países ricos y las corporaciones se está acelerando a un ritmo alarmante, en los últimos meses, el área de tierra de cultivo adquirida, iguala a la de media Europa, según oficiales de la ONU y expertos agrícolas.
Nuevos informes de la ONU y de analistas de la India, Washington y Londres calculan que al menos 30 millones de hectáreas han sido compradas para cultivar alimentos para países como China y los Estados del Golfo quienes no pueden producir suficiente comida para sus poblaciones. Según la ONU la tendencia se está acelerando y puede impedir la habilidad de los países pobres para alimentarse por si mismos.
Los líderes mundiales van a discutir en la cumbre del G8 lo que se ha descrito como “adquisición de tierras” o “neo colonialismo”. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón ha dicho que introducirá el asunto: “Sentimos que debe haber un código de conducta para invertir en tierras de cultivo que sea un situación en que todos ganen, los países que producen y los que consumen.”
El enviado especial para los alimentos del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Olivier De Schutter, dijo que “la tendencia se está acelerando rápidamente. Cada país observa lo que hacen los otros y cuando uno ve que otro compra hace lo mismo”.
La organización de alimentos y agricultura de la ONU y otros análisis calculan que casi 20 millones de hectáreas de tierras de cultivo- un área equivalente a la mitad de tierras cultivables de toda Europa- ha sido vendida o está en proceso en los últimos seis meses. Unas 10 millones de hectáreas fueron compradas el año pasado. La compra de tierras se asocia a países ricos con preocupaciones sobre su seguridad alimentaria.
Algunas de las operaciones más importantes incluyen a Corea del Sur con la compra de 700.000 hectáreas en Sudán, las 500.000 hectáreas compradas por Arabia Saudita en Tanzania y el próximo acuerdo de la Republica Democrática del Congo con empresas de Sudáfrica plantando maíz, soja y también dedicando terreno a la cría de aves y productos lácteos, en total 8 millones de hectáreas.
La India ha prestado dinero a 80 compañías para comprar 350.000 hectáreas en África. Se conocen al menos seis países que han comprado grandes superficies en Sudán, uno de los países donde la seguridad alimentaria es más precaria.
Otros países que han adquirido tierras el último año son: Los Estados del Golfo, Suecia, China y Libia. Los países afectados incluyen no sólo aquellos con tierras fértiles como Brasil, Rusia y Ucrania sino también países pobres como Camerún, Etiopia, Madagascar y Zambia.
De Schutter dijo que después de la crisis alimentaria de 2008, muchos países vieron como las importaciones de alimentos alcanzaron su equilibrio de pagos, “por lo que ahora quieren protegerse así mismos”.
“Esto es especulación apostando por los precios futuros. Lo que estamos observando es que los países están perdiendo la fe en el mercado internacional. Sabemos que la volatilidad aumentará en los próximos años. El precio de la tierra seguirá aumentando. Se están negociando muchos acuerdos. No todos se han completado todavía”.
También dijo que una quinta parte de los acuerdos se espera que se utilicen para plantar agro-combustibles. “Pero es imposible saberlo con certeza ya que no han manifestado públicamente que van a cultivar”.
Algunas de las más grandes compañías de comida, financieras y automovilísticas a nivel mundial han invertido en tierras.
Por ejemplo Alpcot Agro de Suecia compró 120.000 hectáreas en Rusia, la coreana Hyundai ha pagado 6,5 millones de dólares para ser la mayor accionista en Khorol Zerno, que posee 10.000 hectáreas en Siberia del Este, Morgan Stanley ha comprado 40.000 hectáreas en Ucrania. El año pasado la también coreana Daewoo firmó un contrato para el uso de 1,3 millones de hectáreas en Madagascar durante 99 años.
Devinder Sharma analista en el Forum por la biotecnología y la seguridad alimentaria de la India predice conflictos civiles. “Esto asegurará un seguridad alimentaria para los países inversores pero dejará tras de si un reguero de hambre y escasez de alimentos para las poblaciones locales”. “Acompañado de un daño medioambiental consecuencia de un cultivo muy intensivo, suelos agotados, sequía de los acuíferos y destrucción ecológica por culpa de los productos químicos- este es el legado que recibirán los países vendedores”.
El acuerdo de Daewoo en Madagascar provocó un gran malestar en la población influyendo en el cambio del Presidente Marc Ravalomanana. Su sustituto Andry Rajoelina rescindió el acuerdo inmediatamente. Está incrementando la preocupación ya que la mayor parte de las tierras adquiridas poseen agua y están cerca de puertos. Según un informe publicado el mes pasado por el Institute for Environment and Development de Londres los acuerdos por las tierras crean riesgos y oportunidades”.
“El aumento de la inversión puede ser beneficioso en cuanto al crecimiento del PIB y más dinero para las arcas de los gobiernos, también puede crear oportunidades para el desarrollo económico y mejora en los niveles de vida. Pero también pueden suponer que la gente de las zonas pierda el acceso a los recursos de los que dependen para su seguridad alimentaria- particularmente ya que algunos de los países receptores clave se enfrentan a problemas de su propia seguridad alimentaria.” (Concluyen los autores del informe).
Según un thinktank localizado en EEUU, The International Food Policy Research Institute, entre 20 y 30 mil millones de dólares es lo que se gastan los países ricos en tierras situadas en los países en vías de desarrollo.
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